Para PV se inspiraron en Japón, pero para FW viajaron al viejo continente y se inspiraron un país que ha sido más fuente de inspiración que ningún otro, además de ser la cuna de la moda: Francia.
La colección, titulada “Sangre Azul” es una evocación a la decadencia que se vivía en Europa durante la era de las monarquías. Desde antes del inicio, la pasarela ya estaba cubierta con pasto artificial en semblanza a los jardines en laberinto de Versalles y el mood estaba puesto. La pasarela inició con dos vestidos de cocktail en satín rojo y celeste y con detalles en el escote trasero en cuero. Las costuras de los cortes estaban sustituidas por aplicaciones brillantes que nos recuerdan a las guirnaldas y estas se verían también durante toda la colección.
Vestidos de noche, conjuntos de blusas escotadas y faldas, así como jumpsuits de pierna ancha fueron en resumen la propuesta de JI + B que parecía una pasarela de couture.
Hubieron detalles como encaje posicionado sobre tela, bordados, cortes que simulaban las paredes de Versalles, olanes, asimetría, siluetas vaporosas y capas que salían del busto a los brazos y de los brazos al ras del piso, y transparencias muy sensuales pero que no perdían la elegancia exudada por la colección.
La paleta de colores estuvo dominada principalmente por rojo y diferentes tonalidades de azul, aunque también hubo influencia del negro y el nude; para JI + B la tendencia del black & white es reemplazada por black & nude.
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